Rubin de Gira

domingo, octubre 15, 2006

Accidents Will Happen

Valencia...cuatro años después y otra vez la falta de tiempo no me permite recorrer una ciudad cuya gente me hace sentir casi mejor que en casa. Llegamos por la tarde del sábado y recalamos en el hotel que nos habían reservado a unos 15 minutos a pie de la sala Matisse: im-pre-sio-nan-te. Nos acercamos a la sala donde nos esperaba Miki "Alta tensión", uno de los tres irresponsables que me llevaron a tocar a Valencia junto con Jorge y Lorenzo y después de una, nuevamente, brevísima prueba de sonido (ah, el placer del solista solitario...) y un descanso en el hotel nos juntamos a comer (sí, otra vez debo destacar el increíble agasajo culinario de los nativos) con el resto de la pandilla A.T. para luego subir al escenario con más platos de jamón y chacinados de los indicados.

Quizás este haya sido el show más divertido de todos, quizás se debiera a que antes de salir a escena en el camerino luché sin éxito con el cierre de la funda de la guitarra de Juan hasta que logré extraerla por una abertura apenas lo suficientemente grande para que pasara el instrumento, o quizás a que en mitad del show se cortara una cuerda y en vez de ocultarme unos minutos en el camarín para reemplazarla, por pedido del público me quedara en escena sacando a relucir alguna que otra influencia televisiva harto conocida por todos, o porque antes de terminar Opposite se me cortara la correa de la guitarra en dos obligándome a cerrar el concierto sobre un taburete cual cantautor gesselino, o tal vez por la sangre que brotaba de debajo de mi uña destrozada del dedo índice derecho cada vez que rasgaba las cuerdas. Puede ser que el hecho de que al terminar el concierto nos hayan llevado al The Velvet Underground, un bar con una música y una camarera igualmente hermosas, haya ayudado también.

Quizás estas hayan sido las razones que sesgan mis sentidos al hablar de este concierto, o quizás simplemente el hecho de tocar frente a gente que aprecia mis canciones a 12 mil kilómetros de casa sea suficiente para grabar en mis retinas cada uno de sus rostros sonrientes.

Salut,

R